¿Alguna vez os habéis parado a pensar que muchos de nuestros recuerdos, sobretodo los de nuestra infancia, no son recuerdos reales como tal sino que son recuerdos generados a partir de una fotografía? Aquel momento especial de vuestra vida está grabado en vuestra memoria porque hay una foto que habéis visto mil veces. Esa fotografía os ha creado un recuerdo, y eso es un poder maravilloso.

Y es que el verdadero valor de una sesión de fotos no está en disfrutarlas cuando recibimos las fotos, sino cuando pasa el tiempo y, al verlas, podemos regresar a ese momento de nuestra vida.

Mi forma de entender la fotografía familiar es tan natural como que me gusta hacer para otras familias, las fotos que les hago a mi propia familia. Busco siempre la naturalidad, evitando poses forzadas y dejando que la sesión fluya hasta que todos estéis cómodos delante de mi cámara.

Mis sesiones de fotos de familia pueden ser en exterior o a domicilio.

En las sesiones de exterior suelo aprovechar la maravillosa luz del Mediterráneo y los paisajes que el entorno costero nos ofrece. Os aseguro que nadie se aburre en estas sesiones y que los nervios típicos del «nunca me he hecho fotos» desaparecen a los pocos minutos. Estas fotos suelen tener un aire atemporal, donde la localización no es en realidad lo importante, aunque también aporte sus matices.

Las sesiones a domicilio, por su parte, tienen un toque más documental. Me «colaré» en vuestra casa y os haré fotos en la comodidad de vuestro hogar, en esos rincones favoritos que tanto os gustan. Será una forma de recordar para siempre, no sólo cómo era vuestra familia sino también cómo era el lugar donde vivíais.